Porque al verte mis líneas no son más que un torrente continuo descontrolado. Un torrente que se acelera al oír tus palabras, se arremolina furiosamente al verte sonreír y se convierte en una tronante cascada cuando tus ojos se cruzan en mi vista. Mala excusa pero cierto, más que escribo, menos lógica encuentro, mas sensaciones describo.
En tus ojos,brillantes en la noche, te encontré, inmersa clamando ayuda en silencio desde la profundidad. Me lancé, gracias a una sinergia entre la curiosidad y la tentación. Caí, cerré los párpados y dejé a mi alma sentir una vez más. El tiempo perdió su lógica, mis sentimientos sus cadenas y nuestros labios se encontraron como si hubiesen sido creados para estar juntos, no dejándose de preguntarse dónde habían estado escondidos todo este tiempo, por qué habían estado separados por tanto tiempo.
Te ví y escuché cuanto me decías, pero no de la sonrisa que enmarcaba tu tez, si no de tus ojos sin control, sin ataduras ni bozal, libres para su proclamar su canto al que contesté contándole a tus labios cuan maravilloso puede llegar a ser un solo beso.