Exilio de pensamientos

DSC_1592-012Sociedades deshumanizadas, separadas de nuestros deseos, de nuestros sueños. Dictándonos lo que hemos de querer, lo que hemos de soñar. Escondiendo mediante la vergüenza y la duda nuestros más sencillos sentimientos haciendo que olvidemos lo que en verdad somos apartando a aquellos que se resisten a las más absoluta ingomia, al exilio de pensamientos.

Sociedades que imponen la forma de ser creando situaciones donde la ridiculez no es apelativo capaz de describir. Obligándonos a comportarnos como ella dicta llegando al punto donde confundimos lo impuesto con lo puesto. Donde olvidamos lo que somos por lo que hemos de ser. Formando un circulo vicioso alimentado por nosotros al no poder pararlo, por falta de valor, por pura ceguera.

Los actos que más nos importan pierden todo aquello que disfrutamos, quedándose el envoltorio decorado por engaños de falso placer sin querer ver que no queda nada más allá. Pensamientos fugaces se escapan atravesando nuestra mente, ignorándolos. Por miedo, miedo a lo desconocido, miedo a lo que somos, a lo que deseamos. Liando las cosas aún cuando más claras no pueden ser, convirtiendo lo fácil en imposible, lo difícil en inalcanzable. Quedándonos en el proemio, en el exordio de la vida.

Flotando en un mar gris, moviéndose, oscilando, meciéndome con él, incapaz de mezclarme en él. Veo brillos, una estela de luz me atrae con sus sinuosos movimientos, por su luz fría llena de calidez. Apresado en una burbuja no puedo alcanzarle aun estando en él, no puedo comprenderlo, no puedo nadar. Me fijo y no nadan, solo lo creen, hundiéndose a cada brazada, tan despacio que ni siquiera lo perciben, alejándose, apartándose. Les grito en mi soledad escuchando como única respuesta mis sollozos, por ellos, por mi. Aullando en mi exilio de pensamientos meciéndome en la inmensidad, dudando de dónde es el arriba y dónde el abajo, hesitando de si a caso soy yo el que se hunde.