Esta vez iba a estar muy poco tiempo en la ciudad que más me gusta de todas cuantas conozco. Siendo así, aprovechando que me la conozco más o menos bien, me dispuse a ver y hacer aquello que no conociera a un ritmo matador para hacer en 2 días todo lo que pudiera. A continuación un resumen:
Día 1
Haciendo de madrugador salgo a la calle donde el aire frio de Nueva York me despierta. En la esquina un Delicatesen y un poco más adelante una Pharmacy, no me convencen para desayunar. Yendo por la 34 me hago con una tarjeta para el móvil, ahora con internet me siento completo de nuevo. Ando por la Quinta Avenida guiado por mi estómago, acercándome automáticamente a los puestecillos. Tentador, si, pero me merezco algo mejor. Llego a la biblioteca y me siento a bajo el león, a ver si me inspiro. La estación central no tenía donde sentarse, puestos hace frio. Sigo, y giro a la izquierda dirección Times Square y a su flamante Mc Donalds. “Big Breakfast” Tortitas con sirope, huevos revueltos, panecillo, hamburguesa, y tortita de patata. ¡Adjudicado!
Prosigo y usando el internete (no sabía hasta que punto puede ser útil internet de viaje) se me va la cabeza y alquilo una bici. Mal. Salgo de la 47 con la Octava. En New York está prohibido circular por las aceras, y esto no es como España, como te vean la has cagado, así que me pongo el casco, el sillín bien alto y ¡a tope! Para hacerme con la bici, cojo la Sexta para ir al parque. Lo atravieso entero adelantando a todo quisqui (son lentísimos) y llego al final, al barrio de Harlem. Veo carteles para bicicleta que te llevan al Hudson así que, les hago caso y adonde me lleven.
Resultaba ser un carril que rodea todo Manhattan. Primero voy en dirección norte, llegué hasta la calle 185 más o menos, es decir, a casi donde acaba la isla y de allí di la vuelta y llegué al World Trade Center. Por las obras estaba intransitable el carril bici así que me apreté las cinchas del casco y me dispuse ha hacer lo que tenía que hacer. Probar mis habilidades ciclistas ciudadanas. Atravesé todo el casco histórico rateando entre los coches, adelantado taxis y esquivando a peatones despistados. La adrenalina alimentaba mis piernas pero no mi estómago así que tenía una cuenta pendiente con Five Guys en honor de Kuki. Tras meterme 500 gr de hamburguesa, un kilo de patatas y 3 refills de Coca-Cola prosigo.
Dejo las calles para seguir por el carril bici por el lado este impresionado por ver los puentes desde abajo, el de Brooklyn estaba en obras pero el de Manhattan lucía impresionante. Un irrefrenable deseo de cruzar el puente de Brooklyn a toda velocidad rozando a los turistas crecía dentro mío así que volviendo a las calles, atravesé China Town y alrededores adelantando a todo el que se interponía, adrenalina… Atravieso el puente, experiencia altamente satisfactoria y para cuando llego a Brooklyn ya me tocaba ir pensando en ir a devolver la bici pues me quedaba sin tiempo. Después de todo ese tiempo circulando por ciudad mis piernas casi no podían aguantar a pesar de los frecuentes chutes adrenérgicos que metía pero aún así conseguí atravesar la Sexta avenida a una velocidad similar a los coches tocándome esquivar a los lentos. Dejo la bici y miro el GPS. 51 km recorridos, en ciudad. Las piernas me ardían, y yo más feliz que todas las cosas. Me resulta más peligroso circular en Valencia, aquí van más lentos y son muchísimo más respetuosos, sin hacer maniobras imprudentes
Sigo andando, tiendecitas, horarios para el día siguiente, fotos y llego al albergue. Descanso para reponer batería y salgo para darme un último garbeo pero, como imaginareis, mis piernas ya casi no aguantaban así que a la hora y media después de cenar algo me volví.
El día 2 en la próxima entrada.